
"Pero cuando Yo viere la Señal, pasaré de vosotros".
Nosotros matamos al Hijo de Dios con nuestros pecados. Eramos ajenos, sucios, mugrosos, tirados en las celdas del mundo. Dios nos lavó por la Sangre de Su Hijo y nos limpió y nos puso el manto del Espíritu Santo.
Cada vez que Dios ha revelado su Palabra, lo ha hecho a través de un profeta (Amós 3:7) Dios no envía un profeta cuando todo anda bien, sino cuando dentro del pueblo existen cosas torcidas que deben ser arregladas.
Escuche parte de los más de 1100 sermones del Hermano William Marrion Branham
Saben, cantar da valor. Saben esto, ¿verdad? Los soldados, cuando entran a la batalla, ¿saben lo que hacen?
Mas El herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el castigo de nuestra paz sobre El; y por su llaga fuimos nosotros curados.