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lunes, 13 de abril de 2015

Marcos 16

San Marcos 16:1-9
Cuando pasó el día de reposo,* María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé, compraron especias aromáticas para ir a ungirle. Y muy de mañana, el primer día de la semana, vinieron al sepulcro, ya salido el sol. Pero decían entre sí: ¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro? Pero cuando miraron, vieron removida la piedra, que era muy grande. Y cuando entraron en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho, cubierto de una larga ropa blanca; y se espantaron. Mas él les dijo: No os asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el que fue crucificado; ha resucitado, no está aquí; mirad el lugar en donde le pusieron. Pero id, decid a sus discípulos, y a Pedro, que él va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo. Y ellas se fueron huyendo del sepulcro, porque les había tomado temblor y espanto; ni decían nada a nadie, porque tenían miedo.
Habiendo, pues, resucitado Jesús por la mañana, el primer día de la semana, apareció primeramente a María Magdalena, de quien había echado siete demonios. 

San Marcos 16:15-18
Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En Mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.

Al tercer día Jesucristo se levantó de entre los muertos como Él lo había dicho. Ahora Él está entregando su Comisión a todos aquellos que en Él han creído. 

Muchos eruditos cuestionan la autenticidad de vv. 9–20, fundamentalmente porque no aparecen en los manuscritos más antiguos, y porque su estilo es algo diferente al resto de Marcos. Sin embargo, escritores cristianos del siglo II, como Justino Mártir, Ireneo y Tertuliano, dan testimonio a favor de la inclusión de estos versículos; y las más antiguas traducciones, al latín, siríaco y cóptico, los incluyen. De todas maneras, el pasaje refleja la experiencia y las expectativas de la iglesia primitiva sobre el empleo de los dones carismáticos, pero la cuestión sobre su autenticidad debe permanecer abierta.
(Hayford, Jack W., General Editor, Biblia Plenitud, Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1994).

Justamente una de las Escrituras más trascendetales para la humanidad es puesta bajo controversias. Es exactamente lo que los hombre han hecho a lo largo del tiempo: colocarse en una abierta negación de la Verdad. A medida que el conocimiento humano se desarrolla se van estableciendo interrogantes, se generan dudas e incertidumbre sobre la Obra de Dios.

"Ahora, esta Escritura que acabo de leer en Marcos el capítulo 16, aun el Dr. Scofield aquí dice, "Desde el versículo 9 en adelante, no se encuentra en dos de los manuscritos más antiguos". Es comúnmente creído entre la gente, que, por nuestros maestros hoy quienes desean creerlo de esa manera, que eso ha sido introducido allí por el Vaticano.
Pero yo encuentro que Ireneo y muchos de los escritores antiguos hacen referencia a Marcos 16. Como Uds. que estudian historia, historia Bíblica, Uds. saben que aquellos primeros apóstoles, y aún después de la muerte de Jesús, en los días de Policarpo e Ireneo, y San Martín y San Colombo y todos aquellos se refirieron a este Marcos 16. Así que debe haber sido auténtico, o ellos nunca se hubieran referido a eso. Y San Juan fue el que recopiló las epístolas, y Policarpo fue un amigo íntimo y le ayudó a hacerlo, de acuerdo a la historia.
Ahora, hallamos que hoy ellos no creen eso. Están procurando alejarse de la realidad de Dios siendo algo real; y en su lugar una simple declaración o algún credo." (64-0621 El Juicio)

El hombre hoy en día emplea grandes recursos en buscar evidencias para desacreditar los relatos bíblicos. Sin embargo sabemos que para aceptar a Cristo no lo debemos aceptar sobre la base de evidencias sino por medio de Fe.

Hebreos 11:1
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.

San Juan 20:24-29
Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino. Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. El les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere Mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere Mi mano en su costado, no creeré.
Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en Mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.

¿Ahora Ud. qué piensa de Marcos 16? En nuestros días similares cuestionamientos se han levantado respecto a la veracidad del Mensaje. Muchos cuestionan los prodigios y milagros ocurridos durante el ministerio de nuestro precioso Hermano William Branham. Verdaderamente no todos lo creen, pero son bienaventurado aquellos que no vieron y creyeron.

Hebreos 12:1-2
Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.

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